xXX Dark Angel XXx

Me ha gustado mucho ^^
La conversación con el ángel del cielo es muy original.
Puede que "él" sea Satanás¿? <.<
Vaya, pues seguiré leyendo
Juju, me encanta el bichito xD

Está muy bien.Me ha encantado.

Simplemente me encanta. ¡Quiero saber si ella pertenece al infierno! Por cierto, muy enigmático lo del pasado "de más atrás". Detallazo tierno lo del diablillo regordete. Sigue escribiendo.

Jajaja, me cae muy majete Mini-Devil ^^
Hum... pues a ver si es el Demonio <.<
Bueno, bien escrito Hina, aunque he visto que faltan algunas tildes como en los "si" de afirmación, que deberían llevar n_n
Gracias a Lola por subir el trozo xD

Shizuko escribió: faltan algunas tildes como en los "si" de afirmación, que deberían llevar n_n
Gracias a Lola por subir el trozo xD

(he de xivarte una cosa... hina suele tener algunas faltas de ortografias... k digo algunas, muchas! sta aciendo un cuadernillo y todo xD)

sera warra ¬¬

(insultame k si no llega a ser x mi al bixito no lo creas)

xivata

(de nada Shizuko besos amor!)

¡Dios, qué conciencia más divertida tienes, Hina! Me gusta muchísimo, Devil es un cielo, tan chiquitín, tan regordete, tan respondón... Un toque de ternura muy bonito. Sigue escribiendo porque de verdad tengo curiosidad por saber qué vendrá después (¿Quién estará tras la puerta?). ¡Sigue, SIGUE!

Nya~
al fin volvi!!!
despues d unas buenas vakaciones me toka ponerme al dia, os dejo con un trozo de esta historia que acabo de escribir.
tengo k leer las nuevas historias y leer las continuaciones de las demas, pero aora msmo no tengo tiempo

( la muy... a kedado dentro de media hora y tiene k arreglarse y cenar)

calla lola.

(no)

bueno os dejo con mi fic.

disfruten.
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La habitación era enorme y oscura, los únicos objetos que la iluminaban eran varias velas que flotaban en el aire sin que nada las agarrara.
En frente mía había un sillón el cual estaba ocupado, no podía verle su rostro, no aun.
- Acércate, quiero verte, ya hace años que no nos vemos… - dijo la sombra - ¿Cuántos hace ya? ¿100? O… ¿150?
Me acerque, tal y como él me pidió. Cuando estuve frente a él le observe detenidamente, vestía con un traje de chaqueta negro, una camisa blanca y corbata roja. Sus zapatos estaban impecables. Su pelo era liso y negro, le llegaban a los hombros; el tono de su piel era clara. Sonrió, dejando ver unos dientes afilados y blancos como perlas.
- ¿Nos conocemos? – pregunte.
- Claro que si – respondió.
- Pues no te he visto en mi vida.
- ¡¿Cómo?! – se sorprendió – ¿tan fácil es olvidarse de mí?
- Si te hubiera visto te recordaría, - le dije – me han dicho que tú tienes las respuestas a mis preguntas.
- Sí – afirmo – oye… ahora que te observo has cambiado mucho desde la última vez.
- ¿Cómo era antes? – pregunte, aunque la verdad esa no era la pregunta que debí haber formulado.
- Tenias más edad, ahora aparentas diecisiete años, creo que eso se debe a la edad que tenia tu cuerpo en la Tierra, antes, aparentabas treinta años aunque en verdad tenias…
- ¡¿Treinta años?!- exclame sorprendida.
- No interrumpas al amo – dijo Devil – lo odia.
- Gracias Devil – le dijo aquel hombre.
- De nada – respondió.
- A lo que iba – siguió- eras amas alta, tenias mas pecho – le mire enfadada – y tu pelo era del mismo color o más oscuro que el de tus ojos.
- Valla…
- ¿Tienes más preguntas? – me miro intrigado.
- Sí, ¿Cuál es mi verdadero nombre? En la Tierra era Núria… dudo que sea el mismo.
- Exacto, no es el mismo, tu verdadero nombre es Yami.
- ¿Yami?
- Así es – respondió – te pega.
- Ya veo… quisiera saber porque estoy aquí.
- Sencillo querida, este es tu lugar.
- ¿Por qué? – pregunte.
- Porque los seres como tu se lo merecen.
- ¿y que soy?
- Un ángel negro.
- ¿Qué tiene eso de especial?
- Mucho, eres única, tú naciste para destruir a ciertos seres.
- ¿Destruir? ¿Es para lo único que valgo?
- Si, hace trescientos años nació una niña, nació del odio. Su vida era horrible, desde muy pequeña la obligaron a matar a seres indefensos, como conejos o gatos recién nacidos. Esa niña no conoció el amor, su madre era humana y su padre no. No era una niña normal, tenía algo especial – señalo una parte de su cuerpo- alas negras, la tenían encerrada en una oscura habitación. La odiaban y ella tenía una gran sed… sed de venganza… a esa niña le pusieron Yami.
- ¿Esa niña…?
- Eres tu – interrumpió-tu objetivo era eliminar a los demás seres como tu padre, lo hiciste o al menos eso creías. Un pequeño grupo te atrapo, te encadenaron y taparon tus ojos, rajaron tus alas y te torturaron.
- ¿Con que propósito?
- Tu sangre negra. Ellos la necesitaban para recuperarse.
- ¿Tienes algo afilado? – pregunto.
- ¿Para qué lo quieres?
- No te importa.
- No tengo nada.
- Está bien – dije enfadada.
Agarro a Devil por su cola roja, mientras él se quejaba, cogió su tridente afilado y lo soltó en el suelo.
- Devuélvemelo – exigió.
- Con mucho gusto – le dijo después de hacerse una herida en la muñeca y se la devolvió – es negra.
- ¿No lo creías?
- Es que nunca… la había visto…
- Se ve que estar en la Tierra ha borrado tu memoria.
- ¿Por qué fui allí?
- Huiste y te metiste tu alma en un embrión.
- ¿Y tu cómo te llamas?
- Creo… creo que no es el momento de saberlo.
- Está bien… ¿Quién era mi padre?
- Un ser que se alimenta de sangre, que vive en las sombras, de piel pálida y ojos rojos cuando tiene hambre.
- Jajaja – empecé a reírme- ese tipo de ser suele aparecer en libros o en alguna película, ¿de verdad crees que voy a creer que existen seres así?
- Bueno, cuando veas a tu padre y a todo su clan… me lo cuentas.
- ¿Y tu como sabes todo esto?
- Es obvio, un ser como yo, lo ve todo, soy un dios de la muerte, un shinigami…
- ¿Qué clase de relación tuvimos en el pasado? O más bien, ¿hay algo que nos una?
- Sí, el lazo que nos une no lo puede romper nadie.
- ¿Qué lazo?
- Eres mi hermana por parte de madre.

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*Yami = Oscuridad, tinieblas, penumbra.
*Shinigami = dios de la muerte.

woooooooooooooooow
es lo único que puedo decir
wow

- ¿Co- cómo? – pregunte sorprendida.
- Que eres mi hermana – respondió.
- Ya, eso lo he entendido. Lo que no entiendo es por qué somos tan diferentes.
- No lo somos tanto.
- Y… ¿en que nos parecemos? – pregunté.
- Somos… “inmortales”, aunque solo hay una cosa que nos puede matar, y también tenemos sangre negra.
- Ah… ya veo… y ¿tu deber es igual que el mío?
- No, yo me encargo de los muertos.
- ¿Yo que hacia exactamente? ¿Cómo actuaba?
- Ains… veo que no recuerdas nada.
- No – respondí – esto parece un sueño del que no voy a despertar nunca.
- Pues puedo asegurarte que no es un sueño.
- ¿Qué puedo hacer para recuperar la memoria? – pregunte desesperada.
- No sé cómo puedes recuperarla… - dijo pensativo- pero creo que hay algo que puede ayudarte.
- ¿El qué?
- Tu diario.
- ¿Yo escribía diarios? – pregunte riéndome.
- Si, eras demasiado lista y sospechabas que tarde o temprano pasaría esto.
- Ya veo… ¿Dónde está?
- Lo tengo yo, tú me pediste que te lo guardara.
- ¡Genial! Dámelo.
- No está aquí, está en una caja fuerte. ¡Devil! Acompáñala.
- Si mi amo – respondió este.
- Cuando leas el diario ven a buscarme. Ya sabrás para lo que es – me dijo mi hermano.
- Entendido – respondí.
- Por aquí – señalo Devil.
Seguí a Devil. El pasillo por el que me guiaba era igual que el anterior, pero en este no estaba el rio. Anduvimos muchísimo, pero no me sentía cansada.
Miraba a mi alrededor y observaba los cuadros que iban apareciendo y debajo de ellos los nombres de las personas de los retratos.
“Yami” leí. Me quede observando aquel retrato. ¿Esa era yo? Mirada penetrante, el rostro serio y labios rojos. El pelo era de color morado al igual que los ojos. En mis manos sostenía el cuerpo sin vida de alguien y mis manos estaban llenas de sangre.
Deje de observar el cuadro y seguí a Devil hasta que llegamos a una habitación. El pequeño demonio se dirigió a la caja fuerte e introdujo varios dígitos.
- Cójalo, yo no puedo – me dijo.
- ¿Por qué?
- Solo responde si es su dueño, en este caso dueña, quien lo toca.
- Ah… valla…
Cogí aquel diario y lo observe era de color negro y había algo escrito en color rojo “Dark Angel” y de sus páginas salía una cadena con una cruz de plata. Desee estar sola, en un lugar donde nadie me encontrara y aparecí sentada en un lago de agua negra. Abrí el diario y comencé a leer.