Más que vampiros

Holaaa! (:
Una cosa, no son vampiros vampiros, porque pueden morir de maneras diferentes y cambian algunas cosas, tenerlo en cuenta. Y bueno, aquí os la dejo, espero que os gustee! x)

Más que vampiros...

Cap. 1

Todo estaba oscuro. Ni siquiera las farolas iluminaban la ciudad. La noche era fría y la luna estaba preciosa. Estaba en el tejado de un edificio muy alto, encogida y abrazando mis rodillas.
-No, Kat, no. Llevas ocho en un mes.-me dije a mi misma.
Mis pensamientos se contradecían...
Vamos Kat, solo es una simple vida, por una más...
No, Kat. Sabes que no puedes. No debes hacerlo.
Vas a morirte de hambre por una insignificante vida humana?
-Joder!-me levanté bruscamente y me acerqué al borde del edificio.
-Qué pasa, Kat? No te puedes resistir?-dijo una voz masculina.
-Cállate, Ray.-ordené de malhumor.
-Cuantos llevas este mes? Cinco? Diez?-preguntó Ray con una voz burlona.
-No te importa.
-A mi no, pero quizás a Sophie...
Salté. Adoraba esa sensación... Me hacia sentir tan libre... Pero todo acababa. Antes de estrellarme contra el suelo cambié de posición y puse los pies en el suelo para impulsarme y saltar hacia arriba. Cuando llegué a la azotea del edificio de enfrente me encontré a Ray cogiendo a una niña pequeña del pelo. Estaba muerta.
-Toda para ti. No seas orgullosa, ahora ya está muerta.-tiró el cuerpo inerte de aquella niña y rodó hasta mis pies. Apreté los puños.
Ray desapareció de donde estaba y apareció detrás de mí. Me apartó el pelo de la oreja y me susurró:
-No me vas ha dar las gracias?
Me giré para empujarlo pero volvió ha desaparecer. Miré a aquél cadáver. Era pequeña. Debía tener unos cinco años... Le di un golpe con el pie y sus ojos coincidían con los míos.
-No me mires así, porque yo no he tenido la culpa.-le dije ha pesar que sabía de que no me escuchaba.
Le di una patada y calló del edificio al suelo. Así por lo menos parecería un suicidio... Decidí volver a “casa”. Me dirigí al cementerio y abrí la entrada secreta. Todos estaban muy nerviosos. Corrían de aquí para allá. Cuando me veían bajaban la mirada y se dirigían a otra parte.
Busqué a Krys, mi mejor amiga, pero no la encontré.
-Qué pasa? Dónde está Krys?-pregunté.
Nadie me respondió. Elevé el tono de voz.
-Qué está pasando?!
Charlotte pasó por mi lado. La cogí del brazo y le pregunté:
-Dónde está Krys?
-Lo siento, Kat.
Y siguió caminando. Fui pisando fuerte hasta llegar a la sala de reuniones, donde debía estar Sophie. Abrí la puerta bruscamente y allí estaba, hablando con Ray. Lo aparté y me dirigí a ella.
-Qué coño está pasando?
-Baja el tono, Kat.-me contestó con un tono de amenaza.
-Dónde está Krys?!-ignoré su orden.
-Te la estas jugando.
-Dónde está?!-insistí.
-Krys está muerta. La han asesinado.-anunció evitándome la mirada.
-QUÉ?!
Sophie y Ray bajaron la cabeza.
-Qui-quién?-pregunté con un hilo de voz.
-El cura de la iglesia de Santa Maria.
Sin pronunciar palabra salí de la sala y me dirigí a la salida. Todos me observaban con la cabeza baja. Krys... Era lo único que tenía, su sonrisa era la única que me hacia seguir adelante... Y la había perdido. Aquél cura iba ha morir. El cura y toda la iglesia.
-Ray, ve.-ordenó Sophie.
Ray salió corriendo detrás de mí. Yo iba tan deprisa como podía para llegar a la iglesia. Ni si quiera me percaté de que Ray me seguía. De repente me cogió de las muñecas y me estampó contra la pared. Él seguía sujetándome las muñecas contra la pared pero yo estaba aturdida por el golpe. Cuando me centré liberé una de mis muñecas y arañé la cara de Ray pero él me cogió del brazo, me giró y me puso de cara a la pared con los brazos en la espalda. Me sujetaba de los brazos y me empujaba hacia la pared.
-Estate quietecita ya, no?
-Suéltame o te odiaré de por vida, Ray.
-Ya me odias ahora.
-Eso no es verdad.
-Ya, claro. Y por eso me tratas así, no? Mira, Kat, Krys está muerta, como muchos de los nuestros. Y no va ha volver. No va ha servir de nada que te cargues al cura y que derrumbes la iglesia. Lo único que conseguirás es que empiecen a sospechar de nosotros. Así que para.
Aquellas palabras me enfurecieron más aún. Me solté de Ray y lo tiré al suelo. Salí corriendo. No sabía a donde ir. Quizás Ray tuviera razón pero... Quería venganza. Habían matado a Krys y no me iba ha quedar de brazos cruzados. Volví ha dirigirme a la iglesia y cuando llegué entré por una ventana que estaba rota. Me puse encima de una figura de algún santo de esos que no existen. El cura estaba delante del altar, rezando. Aquél hombre había matado a Krys. De repente un montón de sensaciones acudieron a mí. Dolor, furia, venganza, rabia, tristeza. Lo iba matar. Ahora. Me dispuse ha saltar pero alguien me cogió la mano. Como no, Ray. Me giré y le miré muy enfadada. De repente me soltó la mano.
-Joder!-soltó una mueca de dolor y puso su mano en su hombro.
Dirigí mi mirada a su hombro y vi que sangraba.
-Qué... Qué te ha pasado?-pregunté conociendo la respuesta.
-Que alguien me ha estampado contra el suelo y no he salido muy bien parado.
Bajé la cabeza.
-Lo... Lo siento...-me disculpé.
-Te perdono si volvemos ahora.

wow
sigue por favor que está genial

Mola . Mola mucho, continúa, quiero ver como sigue.

El segundo. (:
Perdón por tardar, estaba de vacaciones. >.<

Cap. 2

Asentí. Ray salió por la ventana y yo le seguí. De camino a casa no pronunciamos palabra. Me negaba ha creer que no volvería ha ver a Krys... Que no volvería ha despertarme, que no volveríamos ha cazar juntas. Una lágrima me recorrió la mejilla. Joder... Estaba... Llorando? Bajé la cabeza y me sequé la lágrima. No iba ha permitir que Ray me viese llorar, era demasiado orgullosa. Llegamos al cementerio. Antes de entrar en casa miré a Ray. Le sangraba el hombro y el arañazo que tenía en la cara. Él se dio cuenta y me sonrió. Yo bajé la cabeza y entré en casa. Todos me miraban mal... Genial, había perdido la poca reputación que tenía. Nos dirigimos a la sala de reuniones. Allí estaba Sophie.
-Cogedla.-ordenó Sophie.
Acto seguido Kurs me cogió como si fuera un delincuente.
-Pero qué...?-pregunté confusa.
-Te vas al calabozo, Kat.
-Por qué?!
-Te parece poco? Me has contestado, casi haces que nos descubran y has agredido a un compañero.
Miré a Ray. Estaba con la cabeza baja. Ni siquiera se inmutó cuando Kurs me llevó al calabozo. Me encerraron allí. Una pequeña sala cuadrada sin ventanas, con un ataúd. Pasó el tiempo... No se cuanto tiempo estuve allí dentro. No sabía cuando era de día ni cuando era de noche. No me daban de comer. No hacía más que llorar, chillar y pegar golpes a las paredes. Incluso intenté suicidarme. Pero arañarme las muñecas no servía de nada. En ese momento odié ser lo que era, odié ser un vampiro. Una noche Kurs abrió la puerta.
-Puedes salir.-anunció.
Sin decir palabra me levanté y salí de aquella asquerosa sala. Kurs se quedó contemplando los agujeros que había echo en las paredes. Cuando salí al pasillo nadie me saludó. Ni siquiera me preguntaban como estaba. Se dedicaban a mirarme raro, quizás con pena o con asco, y a seguir su camino. Me dirigí a mi ataúd y me senté encima. Miré el de Krys, que estaba a mi lado. Reseguí con mi dedo unas letras que estaban inscritas en la vieja madera del ataúd. “Kat y Krys”. No pude evitar llorar. En todo el tiempo que había pasado ahí dentro no había podido olvidarla. La echaba tanto de menos...
-Eres una egoísta. Por qué te has ido? Sabes que te necesito...-dije a pesar de que nadie me escuchaba. Acaricié otra vez su ataúd y dirigí mi mirada a la puerta. Allí estaba Ray, apoyado en la puerta.
-Como estás?-preguntó.
Le miré con odio.
-Arrepentida.-contesté.
-De qué?
-De muchas cosas. De no haberte echo más daño, de no haber matado al cura, de haberte ayudado ha volver. Sigo?
-Me odias verdad?
Me dirigí a la puerta y justo cuando pasé por su lado le dije:
-Siempre te he odiado.
Me dispuse ha salir de casa. Empecé a caminar sin rumbo. No iba ha matar al cura, ni ha buscar comida, ni nada. Simplemente quería salir. Quería volver ha saltar desde el edificio más alto de la ciudad. Como había echo siempre. De repente oí unos pasos detrás de mí. Sabía quien era perfectamente, no tenía ninguna duda. Paré en seco.
-Puedes salir, Ray.
-Sophie me ha dicho que...-le interrumpí.
-Pues limítate ha seguirme y cállate.
Seguí caminando y de repente salió un borracho de un callejón. Se abalanzó sobre mí pero me aparte y cayó al suelo. Seguí caminando.
-No... No vas ha comer? Llevas meses sin...-preguntó.
-Es que luego me encierran.
Se puso a mi lado.
-Estás enfadada por qué te encerraron?
-Porque dejaste que me encerraran. Ray, dejaste que me metieran allí cuando más te necesitaba.
-Pero...
-Ni siquiera protestaste!-le reproché.
Me impulsé hacia arriba y me coloqué en el borde de la azotea del edificio. El más alto de la ciudad. Adoraba estar allí. Era el único sitio donde me sentía realmente bien. Ray me siguió y se puso unos cuantos metros detrás de mí. Miré hacía mi lado, esperando ver a Krys... Habíamos saltado tantas veces juntas... Cogidas de la mano... Con una sonrisa... Dos lágrimas salieron de mis ojos. Salté. Sería la última vez que saltaba porque... No tenía intenciones de frenar la caída. Estaba a punto de estamparme contra el suelo pero Ray me cogió y me abrazó. Respiraba agitadamente.
-No ibas ha frenar, verdad?
No le contesté. Cuando me miró bajé la cara.
-Volvemos a casa.
-Déjame en paz ya! Puedo hacer lo que me de la gana! Soy mayorcita, no crees?
-Mayorcita para qué? Para suicidarte?