La Serenísima

¡Damas y Caballeros! Preparense para un viaje en el tiempo... un viaje que os transportará desde esta época hasta el fantástico siglo de las luces, época de bailes y de máscaras; un viaje que os llevará incluso hasta la antigua Grecia donde reinaban los Dioses con su extraña autoridad; un viaje donde se confundirá la realidad y la fantasía, donde la noche será vida y el día muerte, donde una simple rosa tendrá miles de significados.
La Serenísima era uno de los muchos nombres que se le dió en la antiguedad a la hermosa Venecia, donde tendrá lugar este viaje convertido en relato; poneos cómodos y disfrutad del espectáculo...

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Prefacio:

El carnaval había comenzado en Venecía..., todos cojieron sus máscaras y salieron a la calle a disfrutar; pero en mi caso sólo perseguía un objetivo, y sólo lo conseguiría de un modo..., me puse mi máscara y decidí salir. Todos bailaban, gritaban, reían... nada llamaba mi atención demasiado... hasta que le ví; estaba apoyado en un mirador, su piel era casi tan blanca como su máscara, apenas se veían sus ojos grises clavados en mí... y una sonrisa misteriosa depositada en sus labios... le sonreí y me acerqué cautelosamente, no demasiado... se incorporó y se acercó a mí; se inclinó y me tendió la mano, la tomé y comenzamos a bailar al compás de la música... su piel era fría como una brisa invernal, pero algo en él me fascinaba, me hechizaba...
Al acabar la canción no soltó mi mano, sino que me llevó lejos de allí y yo sin darme cuenta le seguí, llegamos a una plaza solitaria y avanzó hasta que mi espalda quedó pegada al tronco de un árbol..., le quité la máscara y quedé maravillada con su bello rostro; me quitó la mía y clavé mis ojos en los suyos, sonrió abiertamente.
-¿Quién sois? - susurré
-¿Importa quién soy yo? - respondió con voz terriblemente seductora
-Me gustaría saber quién ha sido mi acompañante esta noche - sonrió de nuevo
-Mi nombre es Erick
-No sois Veneciano... - negó con la cabeza
-Pero vos sí lo sois... Christine... - abrí los ojos sorprendida
-¿Cómo sabeis mi nombre?
-Sé mucho de vos, sé quién sois, una joven aristócrata de dieciséis años con el corazón hecho pedazos; sé que os pasado, sé que sufrís mucho, y sé por qué habeis salido esta noche en busca de venganza; pero no os preocupeis... yo aliviaré vuestro dolor para siempre...
-¿Cómo? - volvió a sonreir, esta vez siniestramente; acercó sus labios a la piel de mi cuello y sentí como si dos nimios cristales se clavasen en mi cuello con gran facilidad.
-Por favor... parad... - me dí cuenta de lo que hacía, bebía mi sangre... y yo poco a poco me iba debilitando..., las piernas me fallaron y en lugar de caer él me agarró y me tumbó en el suelo
-Por favor... - supliqué, la vista se me fué nublando... iba a morir...
-¡Eh! ¿Quién está ahí? - gritó alguien, pero le oía lejano...; Erick se incorporó y gruñó, se acercó y me susurró al oído
-Lo siento pequeña... me da que no podré quitaros el dolor de vuestro corazón... pero ahora tendreis otras cosas por las que preocuparos... - entonces desapareció de mi campo de vista.
-Esperad... - quise llamarle - ¿Qué...? - y en ese mismo instante perdí el conocimiento.

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Espero que os haya gustado
1 Besote

me gusto bastante!
de exo como q lo estaba viviendo!

jaja me encanta!

^^

¡Señor, qué bien escribes! Me apasiona Venecia, de verdad, y mucho más el Carnaval, las máscaras, los reflejos del agua en la Ciudad Serena... Francamente precioso, muy de mi gusto. Si lo vas a continuar, me harás un gran favor .

Hi^^ gracias a todas por comentar

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Capítulo 1: El sirviente.

-¡Christine! ¡El conde espera!
-¡No pienso recibir a más pretendientes! - me crucé de brazos y me dediqué a mirar por la ventana hasta que apareció mi madre echa una furia.
-¡Christine! ¡Es un conde! ¡No todas las jovenes como tú tienen la fortuna de interesar a hombres de la aristocracia!
-¿Hombre? ¡Ese muchacho apenas tiene mi edad!
-¡Es un hombre! ¡Y vas a bajar a verle!
-No...
-¿Prefieres que le haga subir? No tengo ningún inconveniente... - era una amenaza, ella jamás se atrevería a hacer eso, pero significaba que si no obedecía... iba a ser peor de lo que ya de por sí era...
-Sé que no tieneis incoveniente alguno... - suspiré - Ahora bajo - madre sonrió triunfante y salió de mi alcoba, observé mi reflejo en el espejo; podía alardear de ser una de las muchachas más bellas de Venecia, mi tez era clara, mi pelo rizado y castaño claro, presumía de unos grandes ojos azules y unos labios carnosos que a más de uno han hecho suspirar...
-¡Christine! - bufé y me decidí a bajar; era un joven como todos los anteriores, con expresión de altivez y nada interesante más que sus joyas y su dinero...
-Buenas noches preciosa dama... - se acercó y me besó la mano - me llamo Armand de León...
-Es un honor... - respondí con mi mejor sonrisa
-¿Queréis ir a dar un paseo?
-Me encantaría... - salimos al jardín y estuvimos charlando largo rato, este joven me aburría, era tan elocuente como los demás, es decir, no lo era...
Al regresar estaba totalmente desencantada
-¿Y bien?
-Le he rechazado - respondí suavemente
-¿¡Qué!? ¡Christine! ¿No crees que es hora de encontrar marido? ¡Hija! ¡Se te está pasando el arroz!
-Pues seré una vieja solterona...
-¡Ah! ¡De eso nada! ¡Tu deber como mujer es casarte y tener tantos hijos como te sea posible! Estoy comenzando a pensar que será mejor dejar esto a manosde tu padre... - sentí como si un puño helado agarrase mi corazón...
-¿¡Qué!? ¡No! ¡Madre por favor no me hagais esto!
-Christine no me dejas otra opción...
-¡Por favor! ¡Dadme tiempo! ¡Me esforzaré! ¡Seré menos exigente! Pero no dejeis esto a cargo de padre... - él sería capaz de casarme con un Borgia, y todos saben que ocurre entre los Borgia...
-De acuerdo, esmérate Christine o si no... - dejó inconclusa la frase, tragué saliva
-Estaré en mi alcoba... - me dí la vuelta y comencé a subir las escaleras.

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Espero que os haya gustado
1 Besote

Pobrecita, sé lo que es temer a las imposiciones de un padre . El capítulo es genial, ya engancha y deja con ganas de leer más, mucho más. Y ese ambiente de aristocracia... simplemente me encanta. Continúa, por favor .

Hi^^

-Libertina_Grimm: Sí... los padres a veces suelen amedrentar bastante... Me alegra bastante que te guste

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¡No pienso casarme! ¡Ni hablar! ¡Yo no nací para ser la Señora de nadie! ¿Cuándo van a entenderlo?
Está claro que debo hacer..., no puedo seguir aquí ni un minuto más.
Salí por la puerta decidída y llegué al jardín, nadie me había visto, y cómo no... choqué con alguien, caí al suelo de espaldas
-¡Señoríta! - dijo una voz másculina - ¿Os encontrais bien? - abrí los ojos y ví a un joven de mi edad más o menos, jamás lo había visto; era alto y fornido, rubio de ojos color miel y me observaba profundamente; le miré confundida.
-¿Qué haceis aquí? Las señoritas a estas horas duermen... - me dijo y le dirigí una mirada colérica
-¿Os importa acaso? - me tendió la mano pero la rechacé, me sacudí la tierra de la falda - ¿Quién sois vos? - pregunté; sonrió seductoramente
-Me llamo Girolamo, soy el nuevo sirviente del Señor ¿Y vos?
-Me llamo Christine, soy la hija del Señor - dije con su mismo tono de voz; me miró sorprendido y me hizo una reverencia.
-Bien Señoríta Christine, ¿Qué hace una joven como vos a estas horas de la noche en el jardín trasero de su casa?
-¿Debo repetíroslo? A vos eso no os incumbe
-Me incumbe..., ya que el deseo del Señor es que vigile a las Señorítas, entre otras cosas...; ¿Por qué algo me dice que vuestra intención es escaparos?
-Vaya, sois muy listo... - dije con sorna
-¿De verdad deseais marcharos?
-Así es
-¿Por qué?
-Porque si me quedo es para convertirme en la esposa de algún adinerado zoquete, no es mi deseo...
-Pero es vuestro deber...
-Por desgracia no os equivocais, y es por eso por lo que me voy
-¿Huís de vuestra responsabilidad?
-Huyo de un destino que no deseo
-Me parece lógico - le miré interrogante
-¿En serio?
-Sí..., pero... ¿De verdad deseais dejar atrás eso que tanto queréis? - le miré con recelo
-¿Qué sabeis vos de lo que quiero?
-Todo el mundo tiene en su hogar algo que quiere demasiado y que al marcharse anhela, yo mismo dejé algo que ahora mismo añoro mucho...
-¿El qué? - sonrió siniestramente
-Eso es algo que no estoy dispuesto a revelar... - me mordí el labio por la curiosidad que me causaba el descubrir que anhelaba este joven que tanta razón tenía, si me marchaba... dejaría atrás a Elizabeth, mi hermana pequeña.
-Sois bastante sabio..., me habeis convencido - hice una reverencia y dí media vuelta
-Buenas noches Señorita... - me paré y volví a mirarle, este joven me había caido realmente bien...
-Por favor, cuando estemos a solas... llamadme Christine... - sonrió
-En ese caso, Buenas noches Christine...
-Buenas noches Girolamo... - le dije con una sonrisa y regresé a mi alcoba; una vez con el camisón puesto me senté en el borde de mi ventana y me dediqué a observar la noche y su belleza, el cielo estaba cubierto en su totalidad por un manto de estrellas y la luna estaba completamente llena... una brisa alborotó mis cabellos y me estremecí
-¿Noche de insomnio? - bajé la vista y ví a Girolamo observándome con un risa burlona
-¡Vos! - exclamé nerviosa y me dirigí a un rincón apartándome de su vista; me coloqué una capa encima y volví a asomarme
-¡Estaba en paños menores! ¿¡Cómo os atreveis a observarme!? - le dije totalmente avergonzada y él echó a reír
-Opino que la belleza humana no debe de ser escondida - volvió a reír - pero si os he ofendido disculpadme... - le miré asombrada; acababa de...
-¿Qué sabeis de la belleza humana? - acababa de lisonjearme
-Más de lo que vos pensais... y vos sois muy bella
-Sois un hombre muy oseado al tratar de cortejarme...
-No os equivocais, soy muy conocido por mi osadía...
-Algún día esa osadía os va a traer numerosos problemas...
-No lo dudo, pero hasta entonces... - me sonrió pícaramente y me sonrojé
-Buenas noches... - dije dando por finalazada la conversación, pero me llamo antes de yo cerrar la ventana
-¡Christine! - le miré y agarré un objeto en el aire, era una rosa blanca; le miré confundida, él hizo una reverencia y se marchó.

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Jejeje es que adoro esta escena xD
1 Besote

Por cierto, quería añadir que la canciones que inspiran este fic son estas dos:
-Ghost Of A Rouse: http://es.youtube.com/watch?v=WFNzikXRL5s
-Shadow Of The Moon: http://es.youtube.com/watch?v=ArOS_WsT1tw ya me direis que os parecen

¡Qué pedazo de escena, sí señor! Vaya partidazo el tal Girolamo... Me encanta, ¿qué decir que no haya dicho ya? Que cada día me engancha más. Besitos, y síguela ^^.

Hi^^

-Libertina_Grimm: Jejeje Girolamo nos traerá muchas y muy grandes sorpresas... jeje créeme gracias por comentar

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Al día siguiente llegó una carta
-¡Christine! - me llamó mi madre emocionada - ¡Teneis un nuevo pretendiente!
-¿Quién? - pregunté sin real interés
-César Borgia - se me cayó el jarrón que tenía en las manos y se me cortó la respiración. César Borgia..., un hombre al que no podía ni debía rechazar..., un hombre cruel y ambisioso con el que no deseaba casarme... pero pensar solo el rechazarle era la condena para mí y para los míos...; para mi desgracia apareció mi padre.
-¿Es cierto lo que he oído?
-Totalmente cierto - dijo mi madre - César Borgia pide la mano de nuestra Christine en matrimonio - tragué saliba sonoramente
-Le dirás que sí - dijo mi padre - Este es un hombre muy importante, no debes rechazarle
-¡Pero...! - me miró severamente; bajé la mirada al suelo y respiré hondo -Sí padre... - susurré, mi madre me abrazó.
-Enhorabuena hija mía - cerré los ojos para no llorar
-Disculpadme... - susurré y me dí la vuelta, las lágrimas salieron sin nada que yo pudiese hacer...
-¿Qué te ocurre hermana? - preguntó Elizabeth preocupada
-Voy a casarme... con un Borgia... - sollocé
-Lo siento... - me abrazó, sólo ella era consciente del horror que me causaba la idea de contraer matrimonio; trató de consolarme...
-Encontraremos una solución...
-¿Cuál? Por favor Elizabeth... ¡Es un Borgia! - frunció los labios
-¡Hermana mía! ¡Por ahí viene el criado nuevo! Oh dios mío... es tan bello... - sabía que trataba de distraerme, aunque no funcionaba demasiado lo agradecí; me sequé las lágrimas
-Elizabeth, escucha esto y aprendelo, jamás te fijes en un hombre por la belleza de su cuerpo, sino por la belleza de su alma... sólo con un hombre así podrás ser feliz...
-¿Es por eso que has rechazado a tantos?
-Exacto... - sonreí; miré a Girolamo, sí que era guapo... y había demostrado ser elocuente... todo una rareza en esta sociedad...
-Sé que anoche hablaste con él - de pronto toda mi atención se centró en mi hermana
-¿Qué?
-Os ví por la ventana, ibas a marcharte... me ibas a dejar... - me reí - no le veo la gracia...
-Oh Elizabeth..., si decidí quedarme fué por tí
-¿En serio?
-Por supuesto... - la abracé - Tú eres mi principal preocupación y lo único que añoraría si me marchase - sonrió
-El criado te observa...
-¡No le mires!
-¿Por qué?
-Es descortés...
-¿Y por qué él te mira?
-Porque es de una clase inferior y jamás le han enseñado los modales que nos exíjen a nosotras...
-¿Y por qué no se los enseñan?
-Por ser de una clase inferior
-Pero eso es absurdo
-Lo sé... - así es nuestro mundo, absurdo...; pasó al lado mío y me dedicó una pícara sonrisa; mi hermana volvió a reírse
-Creo que le gustas
-Y yo creo que tienes mucha imaginación - me sacó la lengua
-Mide tus gestos... - le advertí; ese gesto se tomaba por falta de respeto y muestra de rebeldía; ambas cosas debían ser castigadas; aunque a mí poco me importaba, se lo dije por ella...
-Lo sé hermana... - me incorporé - ¿Vas a salir?
-Así es...
-¿Puedo ir contigo?
-No - frunció los labios y me miró con enojo
-¡Vale! - dijo y se fué, suspiré y me coloqué la capa, cubrí mi cabeza con la capucha y salí a la calle; la puerta principal se encontraba en uno de los muchos canales de Venecia, así que subí a una góndola y el remero me llevó a tierra firme.
-Gracias caballero... - le dije con una sonrisa; él me observó fíjamente mientras se inclinaba, me dí la vuelta y me marché.
Las calles estaban llenas de gente y mercaderes, todos hacían un gran bullício, me metí por un callejón y llegué a una plaza enfrente de una gran iglesia, subí las escaleras y entré. Una vez allí me quité la capucha y me presigné, abancé hasta llegar a un banco y me arrodillé.
-¿Acudís con frecuencia a esta iglesia? - me giré y ví a Girolamo.
-¿¡Qué haceis aquí!? - susurré sintiendome nerviosa de repente
-Vengo a confesarme ¿Y vos? - ya no debía tener trato social con más hombres, no era lo correcto, aunque quisiese quedarme con él ya no se me permitía hablar en público con otros hombres.
-Preparo mi alma para el matrimonio - me levanté y salí de allí colocándome de nuevo la capucha, él me siguió.
-¿Al fín habeis aceptado a uno de vuestros muchos pretendiente?
-Me han obligado...
-¿Con quién?
-Con César Borgia...
-¿¡Qué!? - me agarró del brazo y me obligó a mirarle - ¡Christine! ¡Ese hombre abusa de sus esposas hasta matarlas! - lo sabía..., lo sabía demasiado bien...
-¡Por favor! ¡Estoy prometida! ¡Sabeis que no puedo hablar con ningún hombre en público! - me dí la vuelta
-Christine... - le miré
-Lo siento... - me agarré la falda y eché a correr hacia una góndola, subí y esta comenzó a avanzar, él saltó y por poco la barca se vuelca.
-¿¡Estais loco!? - gritamos el remero y yo.
-¡Esta vez si sería lógico que huyeseis! - ignoró nuestra pregunta, el remero le miró ceñudo y volvió su vista a las aguas del canal.
-¡De todos modos! ¿¡A vos que os importa!? ¡Sólo sois el criado de mi padre! ¡Sólo habeis hablado conmigo una vez! y...
-Y me ha bastado para conoceros - le miré largo rato
-No se conoce a una persona en una noche... - susurré
-Eso creeis vos, yo sí puedo
-Aunque así fuese este asunto a vos no os incumbe - me bajé enfrente de mi casa - ¿Por qué os preocupais por mí como si me conocieseis de toda la vida? - la barca abanzaba a pesar de que él no se bajó
-No lo sé..., si os soy sincero normalmente me habríais dado igual, pero no sé porqué vos me importaís... - le miré confusa mientras mi corazón aumentaba su ritmo.
-Pues cuando lo sepais decídmelo, porque me encantaría saberlo... - él se quedó mirándome y la góndola desapareció tras una esquina; suspiré y entré.

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Tiroriroriiiiiiii jajaja espero que os haya gustado
1 Besote

Ya sabes lo que opino yo de La Serenísima: magistral, trepidante, me encanta simplemente. Por favor, no dejes nunca de escribir. Besitos guapa .

Hi^^ gracias por comentar y siento la tardanza

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Los días siguientes los pasé en total angustia; hoy venía mi prometido a verme y sentía que me iba a morir del miedo...
-¡Christine! ¿¡Quieres dejar de temblar!?
-No es un acto voluntario madre...
-Pues intenta evitarlo, no es elegante... - apariencias... maldita sea, todo eran apariencias...; en ese instante apareció Girolamo junto a mi prometido; no debían de agradarse mucho por la cara de ambos...
-El Señor César Borgia... - anunció y se marchó; era alto, muy alto, tenía el pelo castaño y unos severos ojos negros carentes de sentimientos.
-¡Señor Borgia! - mi madre le saludó, hizo un gesto con la mano señalándome - Esta es mi hija Christine... su prometida... - se acercó a mí y me incliné ante él
-Señor... - susurré a modo de saludo, colocó la mano bajo mi barbilla para observarme más a fonfo
-Es verdad que sois muy bella... - me soltó - Señora, quisiera estar a solas con mi futura esposa...
-¡Oh! ¡Claro! - dijo mi madre nerviosa y se marchó cerrando la puerta, yo me senté en el sofá esperando a que hablase
-¿Cuántos años teneis?
-Dieciséis, señor...
-¿Qué opinais de mí? - que sois un monstruo que pronto me va a matar...
-Que sois un gran hombre - apariencias... como las odiaba...; se puso frente a mí y me miró con sus ojos negros; entonces me besó, jadeé sorprendida
-¡Señor! ¿¡Qué haceis!?
-Tomo un adelanto a lo que pronto será mío... - comenzó a besar con furia mi cuello mientras su mano se colaba bajo mi falda
-Señor... por favor...
-Cállaos..., si haceis algún ruido romperé el compromiso y hundiré a vuestros padres en la miseria... - abrí los ojos sorprendida mientras las lágrimas comenzaban a brotar, no lo podía creer...; era consciente de que me tomaría a la fuerza, pero... ¿antes del matrimonio? eso no lo esperaba para nada...; en ese momento alguién le empujó lejos de mí, alcé el rostro sorprendida:
-¿¡Girolamo!? - exclamé asustada, ¿¡Estaba loco!? ¿¡Era consciente de lo que acababa de hacer!?
-¿Cómo os atreveis...? - dijo César mientras se incorporaba y se limpiaba la sangre del labio, ocasionada por el golpe que le dió Girolamo
-Señor, con el débido respeto, siento haberos... interrumpido..., pero debéis respetar las costumbres..., nada de relaciones hasta después del matrimonio... - frunció los labios, le miró con odio y sonrió malévolamente. Mi prometido se colocó la chaqueta y sonrió con suficiencia.
-De acuerdo... - volvió a acercarse a mí, me susurró al oído - En cuanto me pertenescas... te haré gritar como a la perra que eres... - apreté los labios mientras intentaba aguantar las lágrimas...; él se incorporó y dijo:
-Debo irme, negocios que me llaman...; Christine, la boda será en dos meses..., no lo olvides... - dijo y se marchó, ya no pude aguantar más las lágrimas y comencé a llorar desconsoladamente; Girolamo me abrazó y hundí mi cabeza en su pecho.
-¿Estais bien? - me preguntó cuando dejé de sollozar, aunque los temblores no disminuían
-No...; pero gracias por haberme ayudado..., os estaré eternamente agradecida... - me acarició el pelo y ese gesto me tranquilizó bastante
-No necesito vuestro eterno agradecimiento, sólo necesito saber que estais bien... - me miró a los ojos
-Yo...
-Christine..., por favor..., hacedme caso y marchaos... ya habeis visto lo que ese hombre pretendía haceros, ¿Qué creeis que hará cuando no existan los límites que tiene que aguantar hasta que le pertenescais? - un nuevo estremecimiento me sacudió
-Pero no puedo... - volvió a estrecharme contra él
-De acuerdo..., entonces... os prometo que durante los dos meses que os quedan de libertad yo os protegeré... - entre sus brazos me sentí extrañamente cómoda... y sus palabras fueron totalmente reconfortantes.

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1 Besote

Hola gracias por comentar ^.^

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Había pasado un mes desde la desgradable visíta de mi futuro esposo, y por primera vez sentí algo... pero no era por él...
Estaba sentada en el borde de mi ventana observando a Girolamo mientras cuidaba de las rosas; por primera vez en mi vida deseé ser una rosa; no pude reprimir un suspiro, él se dió la vuelta, me miró y sonrió; me cubrí más con la bata y como cada noche me lanzó una rosa.
-Una rosa para una rosa... - me reí
-Gracias... - saqué las piernas por fuera del borde, y salté; él, asustado corrió hacia mí y me cogió.
-¿¡Estais loca!? ¿¡Por qué habeis echo eso!?
-Yo sabía que me cojeríais... - le dije sonriendo, entonces me callé - ¿Oís esa música?
-Sí... se debe de estar celebrando un gran baile... - me dejó en el suelo
-Eso parece... - él se echó a reír
-Os pediría que bailarais conmigo pero... no sé bailar... - le miré y le sonreí, extendí una mano
-Venid... - le pedí, él se acercó - es muy fácil - me pegué a él - posad vuestra mano en mi cintura
-¿¡Qué!?
-Teneis mi permiso... - la posó dubitativo, cogí su mano colocándo mi derecha en su hombro y comenzamos a girar; desde un principio se le dió bien y no pude evitar el rodear su cuello con mis brazos y apoyar mi mejilla sobre su hombro, él rodeó mi cintura con sus brazos y sentí como apoyaba su mejilla en mi cabeza; cerré los ojos y disfruté del momento.
-Girolamo...
-¿Hum?
-Hay... algo que quisiera deciros...
-Hablad entonces... - le miré a los ojos pero no me salían las palabras, así que usé el universal lenguaje de la osadía y le besé, se paró y me corresponió el beso, llevé mis manos a su pelo y lo acaricié mientras nuestras bocas se fundían en el calor de la pasión tanto tiempo contenida, al separarnos me miró con una misteriosa sonrisa.
-Os amo... - le susurré
-Pero Christine..., vais a casaros...
-Lo sé ¡Lo sé! y tengo miedo... miedo a ser la esposa de un monstruo... miedo a no poder estar con vos... miedo... a tanto...
-Christine..., amarme no es... adecuado...
-¿Por qué?
-Yo no soy como vos pensais...
-Me da igual
-¿¡Qué está pasando aquí!? - me dí la vuelta
-¡Padre! - exclamé horrorizada; él me miraba a mí y Girolamo y al entender que pasaba entrecerró los ojos
-Maldito seais... - fué a golpear a Girolamo pero me puse en medio recibiendo yo el golpe y caí al suelo
-¡Christine! - gritaron ambos
-Padre no... - susurré mientras sentía la sangre, él me ayudó a levantarte
-Christine vete a tu alcoba...
-No...
-¡Ahora! - no me quedó otra opción más que obedecer, abrí la ventana y me asomé, pero ya no estaban allí; sólo ví la rosa sobre la ventana.
Tomé agua y un paño y me curé la herida, luego tomé la rosa entre mis manos y andube nerviosa de aquí para allá hasta que apareció mi padre; me senté al borde de la cama nerviosa.
-Hija mía... - respiró hondo - no sé si eres consciente de que estás prometida..., vas a casarte... ¿¡Y te atreves a llevar un romance con un sirviente!? ¿¡En qué clase de fulana te has convertido!? - cerré los ojos al oír esas palabras y recibí un bofetón que me tiró al suelo; me llevé la mano a la mejilla y le miré con odio.
-¡¡Prefiero ser una fulana a casarme con ese asesino que me matará cuando nadie esté mirando!! - me dió otra bofetada
-Te casarás con el Señor Borgia..., no te matará...
-¡¡Intentó abusar de mí la primera vez que vino a verme, si no hubiese sido por Girolamo quién sabe como estaría ahora!! - él abrió los ojos sorprendido y los entrecerró
-Blasfema... ¿¡Es eso lo que te hemos enseñado!? ¿¡A mentir!? ¿¡Por qué!? ¿¡Por un hombre de baja clase!? ¡Tú aspiras a más Christine! ¡¡Te lo he dado todo!! ¡¡Educación, religión y un buen hombre!! ¿¡¡Y así me pagas!!?
-¡¡Teneis lo que sembrais padre!! ¡¡Vos me obligais a casarme con alguien a quién yo no amo y yo me convierto en una corrupta!! ¡Pero feliz al fin y al cabo! ¿¡No es eso lo que deseabais!? ¿¡Verme feliz!? ¡¡¡El blasfemo sois vos!!! - recibí otro bofetón
-¡Ya basta Pietro! - corrió mi madre hacia mí y se puso delante protegiéndome
-¡¡Aparta mujer!!
-Pietro, mi señor... Christine ya ha aprendido y no volverá a defraudaros, ¿Verdad Christine? - la miré mientras respiraba entrecortadamente a causa de los nervios
-¿¡Verdad!? - me insistió mientras me miraba suplicante
-Ver... verdad... - contesté a regañadientes
-No volverás a ver al criado..., me he encargado de ello... - dijo padre
-¿¡Qué habeis hecho!? - pregunté alarmada
-Le he echado y mandado lejos de esta zona de la ciudad - cerré los ojos - Es hora de que te responsabilises Christine... - y una vez dicho eso se marchó junto a mi madre; me tumbé de costado en la cama y observé la rosa sin poder evitar llorar desconsoladamente.

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1 Besote ;P

¡¿Cómo puedes escribir tan bien?! Me encanta, me encanta, ya estás tardando para poner la próxima entrega. Un beso .

Hi!!

-Libertina_Grimm: ¡Con mucha pasión! jajaja me alegra que te guste, muchas gracias

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Desde ese día no miré ni le hablé a padre, le odiaba por haberme alejado de mi amor... y se lo pagué con silencio...
Pasaba las horas muertas en el jardín observándo las rosas blancas con las que él me comparaba... "Vos sois como estás rosas blancas... hermosa y pura..." evoqué sus palabras y un suspiro escapó de entre mis labios...; regresé a mi alcoba, eché la llave y me puse el camisón dispuesta a pasar otra noche en vela sin mi amado...
De pronto escuché unos golpes en la ventana, me giré y mi corazón se congeló, era él...; corrí a abrirla.
-Girolamo... - susurré - ¿Qué haceis aquí?
-No podía estar sin veros... - sin pensarlo siquiera obsequié su osadía con un beso y entró; nos abrazamos fuertemente.
-Os he echado de menos... - le susurré y le besé con pasión y urgencia; se tumbó sobre mí en la cama y acarició mi piel mientras sus labios recorrían mi rostro con avarícia.
-Os amo... - le susurré, de pronto se quitó la camisa y continuó besándome mientras colaba la mano por debajo de la falda del camisón acariciándo mi piel desnuda; aferré su pelo quitándole la coleta y soltándo sus cabellos que calleron sobre sus hombros dándole un aspecto aún más seductor; me quité el camisón y comenzó a acariciarme y besarme sin pudor alguno creándo en mí sensaciones que jamás creí que existieran; llevó sus labios a mis senos y clavé mis uñas en sus hombros reprimiendo un gemido; se quitó la última prenda que le cubría y continuó besándome hasta que fundió su cuerpo con el mío y llevados por la pasión nos entregamos el uno al otro.
-Debo irme... - me dijo
-¿Tan pronto? - asintió fríamente; me sentí confusa y me cubrí con las sábanas.
-Os ocurre algo... - susurré
-No volveréis a verme... - esas palabras calleron sobre mí como una jarra de agua helada.
-¿Qué? ¿Por qué? - suspiró y me miró
-Os he mentido Christine... - le observé con recelo - No soy quién creeis que soy - ya se había vestido
-¿Y quién sois entonces? - dije con dureza; sonrió malévolamente
-Os daré una pista; sois mi amor número 86, si esa no es suficiente pista... mi verdadero nombre es Giacomo Girolamo Casanova... - abrí los ojos sorprendida
-Casanova... - susurré
-Sabreis quien soy ¿Verdad? - le miré con frialdad
-Casanova... el seductor, fornicador y hereje perseguido por el Vaticano...
-El mismo - se acercó y me besó la mano - Ha sido todo un placer pasar la noche con vos... - en ese momento quise llorar, quise gritarle, pegarle e incluso matarle..., pero mi orgullo aún herido era más fuerte que todo eso.
-De acuerdo... - fingí indiferencia y pareció extrañarle; le agarré la cara con ambas manos y le miré a los ojos
-Sólo necesito saber algo - le susurré
-Lo que querais
-Decidme que esto para vos no ha significado nada, que no ha sido más que sexo y que jamás me habeis correspondido... - mi corazón latía veloz a causa de la tensión
-Esto para mí no ha significado nada, no ha sido más que sexo y jamás os he correspondido...; sólo buscaba el calor de vuestro cuerpo, nada más... - no cambié mi expresión, sin embargo una lágrima resbaló por mi mejilla.
-Bien... - volví a cubrirme con las sábanas y le dí la espalda - Marchaos si quereis... - apreté los labios; que se vaya ya... por favor...
-Me voy entonces...
-Adiós entonces... - en cuanto se fué las lágrimas inundaron mi rostro y un sollozo rompió en mi garganta; enterré el rostro entre mis manos, ¿Cómo había podido ser tan estúpida? Girolamo... ni siquiera existía, porque era Casanova durante todo el tiempo, el maldito Casanova...
Soy una maldita estúpida y ahora sufro por... por haber intentado amar...; ¿Cómo no pude ver lo que tenía ante mis ojos? una gran mentira...
-Maldito seas Casanova... juro por mi alma que me vengaré de tí... te haré sufrir del mismo modo que tú me has echo sufrir a mí... - le dije a la nada, y una siniestra sonrisa recorrió mis labios...

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1 Besote

Qué palo me he llevado, Dios mío . Aún así, me ha encantado, estoy deseando saber qué vanganza maquina Christine... Ojalá sea muy cruel...

Qué decirte que no te haya dicho ya: que me gusta, me gusta muchísimo, la ambientación, los personajes, la forma en que lo expresas... No dejes de escribir, que lo haces de maravilla, eres una de mis escritoras favoritas. Por cierto, espero que no haya tenido tan mala suerte la pobre Christine de quedarse embarazada... Y su hermana oculta algo... Besos guapa, postea pronto .

Esta es la canción que canta Christine, escuchadla mientras leeis: http://es.youtube.com/watch?v=OjOjmCVmMZ8
espero que os guste

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El carnaval había comenzado en Venecía..., todos cojieron sus máscaras y salieron a la calle a disfrutar; pero en mi caso sólo perseguía un objetivo, y sólo lo conseguiría de un modo..., me puse mi máscara y decidí salir. Todos bailaban, gritaban, reían... nada llamaba mi atención demasiado...
-¡Christine! - una pequeña figura de pelo negro y ojos castaños apareció ante mí con una extraña máscara blanca
-Hola Elizabeth... - susurré
-Todos están esperando a que te decidas a cantar - suspiré; me cogió de la mano y me llevó al centro de la sala, todos formaron un círculo a mi alrededor esperando a que comenzase a cantar; suspiré de nuevo y me quité la máscara, miré al pianista y comenzó a tocar, la guitarra se le unió y entonces empecé a cantar.

Are you going to Scarborough Fair? Parsley, sage, rosemary, and thyme.
Remember me to one who lives there, he once was a true love of mine.

¿Vas a la feria de Scarborought? Perejíl, salvia, romero y tomillo.
Me recuerda a alguien que vive allí, él fue una vez mi verdadero amor.

Por supuesto, la canción tenía un doble sentido... no en todo, pero sí habían cosas que iban dirigidas a ese joven que estaba en primera fila con una máscara azul mirándome fíjamente

Tell her to make me a cambric shirt.
Parsley, sage, rosemary, and thyme.
Without no seams nor needlework.
Then he'll be a true love of mine.

Dile que me haga una camisa de batista
Perejíl, salvia, romero y tomillo.
Sin costuras ni agujas innecesarias;
entonces será mi verdadero amor

Sabía perfectamente que me refería a él, las lágrimas corrieron por dejabo de la máscara pero las limpié antes de que nadie las viese fingiendo mover las manos en lugar de frotar mis mejillas

Tell her to find me an acre of land.
Parsley, sage, rosemary, and thyme.
Between the salt water and the sea strands.
Then he'll be a true love of mine.

Dile que me encuentre un acre de tierra,
perejíl, salvia, romero y tomillo,
Entre el agua salada y las hebras del mar,
entonces será mi verdadero amor

Eso es lo que soñé de él, que me llevase lejos de aquí a una tierra lejana donde no importasen nuestras diferencias sociales, ni existiese César Borgia, ni nadie que pudiese acabar con lo que sentía por él y lo que creí que él sentía, pero jamás pensé que sería él quien acabase con todo...

Tell her to reap it in a sickle of leather.
Parsley, sage, rosemary, and thyme.
And to gather it all in a bunch of heather.
Then he'll be a true love of mine.

Dile que lo siegue con una hoz de cuero
Perejíl, salvia, romero y tomillo
Y que lo recoja todo en un manojo de brezo.
Entonces será mi verdadero amor

¡Mentiras! ¡Nada más que malditas mentiras! ¡No había nada con lo que acabar porque lo único que hubo fue una soez mentira! Y verle ahí... ante mí tan tránquilo... no hacía más que ponerme furiosa...

Are you going to Scarborough Fair? Parsley, sage, rosemary, and thyme.
Remember me to one who lives there, he once was a true love of mine.

¿Vas a la feria de Scarborought? Perejíl, salvia, romero y tomillo.
Me recuerda a alguien que vive allí, él fue una vez mi verdadero amor.


Pero no sé de qué me quejo... después de todo... dicen que ese es el castigo por caer en los brazos de Casanova...

Me puse la máscara, salí a la calle y me dirigí al lado de una fuente, me senté en el borde y observé mi reflejo en el agua, un rostro triste cubierto con una máscara negra que ocultaban el dolor de sus ojos...
Suspiré y alcé el rostro al cielo pidiéndole a las estrellas que me matasen, iba a casarme con un monstruo, mi amor me había engañado y a nadie le importaba... ¿Qué demonios hacía en este mundo? Volví a mirar al suelo, pero en el camino de mi vista se encontraba él....; estaba apoyado en un mirador, su piel era casi tan blanca como su máscara, apenas se veían sus ojos grises clavados en mí... y una sonrisa misteriosa depositada en sus labios... le sonreí y me acerqué cautelosamente, no demasiado... se incorporó y se acercó a mí; se inclinó y me tendió la mano, dudé un momento pero al fín se la tomé y comenzamos a bailar al compás de la música... su piel era fría como una brisa invernal, pero algo en él me fascinaba, me hechizaba...
Al acabar la canción no soltó mi mano, sino que me llevó lejos de allí y yo sin darme cuenta le seguí, llegamos a una plaza solitaria y avanzó hasta que mi espalda quedó pegada al tronco de un árbol..., le quité la máscara y quedé maravillada con su bello rostro; me quitó la mía y clavé mis ojos en los suyos, sonrió abiertamente.
-¿Quién sois? - susurré
-¿Importa quién soy yo? - respondió con voz terriblemente seductora
-Me gustaría saber quién ha sido mi acompañante esta noche - sonrió de nuevo
-Mi nombre es Erick
-No sois Veneciano... - negó con la cabeza
-Pero vos sí lo sois... Christine... - abrí los ojos sorprendida
-¿Cómo sabeis mi nombre?
-Sé mucho de vos, sé quién sois, una joven aristócrata de dieciséis años con el corazón hecho pedazos; sé que os pasado, sé que sufrís mucho, y sé por qué habeis salido esta noche en busca de venganza; pero no os preocupeis... yo aliviaré vuestro dolor para siempre...
-¿Cómo? - volvió a sonreir, esta vez siniestramente; acercó sus labios a la piel de mi cuello y sentí como si dos nimios cristales se clavasen en mi cuello con gran facilidad.
-Por favor... parad... - me dí cuenta de lo que hacía, bebía mi sangre... y yo poco a poco me iba debilitando..., las piernas me fallaron y en lugar de caer él me agarró y me tumbó en el suelo
-Por favor... - supliqué, la vista se me fué nublando... iba a morir...
-¡Eh! ¿Quién está ahí? - gritó alguien, pero le oía lejano...;
-Ayuda... - quise gritar, pero en lugar de ello solo conseguí un susurro ahogado.
Erick se incorporó y gruñó, se acercó y me susurró al oído
-Lo siento pequeña... me da que no podré quitaros el dolor de vuestro corazón... pero ahora tendreis otras cosas por las que preocuparos... - entonces desapareció de mi campo de vista.
-Esperad... - quise llamarle - ¿Qué...? - y en ese mismo instante perdí el conocimiento.